Historia de un parto natural. Si quieres, puedes

 

En MÁS NATURAL tenemos un montón de historias increíbles de nuestras mamis que queremos compartir con vosotras porque ellas así nos lo han pedido. Hoy os contamos la de una mamá que nos ha escrito para explicarnos cómo fue su historia. Bonita, preciosa, alucinante…son adjetivos que se quedan cortos. ¡Ojalá todos los partos fueran así!

Hace  casi 8 meses que pretendo contaros mi experiencia con MÁS NATURAL, pero es cierto que cuando tienes un hijo te cambia la vida, evidentemente a mejor pero las 24 horas del día se quedan cortas para hacer lo más básico así que de escribir ¡ni hablemos!

Cuando estaba embarazada de 4 meses y medio empecé mi preparación al parto en MÁS NATURAL, no conocía ningún sitio, les elegí porque tenían clases de yoga para embarazadas ( ¡finalmente nunca fui!), luego una amiga me dijo que la hizo allí y que estaba bien. Yo creía que la preparación al parto poco me podía ayudar, quizá algo de respiraciones , bueno pues nunca más equivocada que entonces, a mí me cambió la forma de pensar y de sentir de cero a cien.

Cristina, a la que consideró un ángel desde que la conocí,  me abrió los ojos a lo que realmente es el embarazo, el parto y el amor a ti misma y a tu hijo. Mi “plan de parto” hasta que fui allí y la escuché en varias clases era, “cuanta más intervención, mejor”. Hospital privado, para tener habitación para nosotros solos, anestesia toda la que me puedan poner, si es cesárea mejor todavía que “me lo saquen” que me han contado que parir es lo peor. Daba por hecho que la episiotomía era necesaria, igual que el rasurado y muchas más cosas que ni me había parado a analizar.

Entonces comencé a pensar y a sentir que tanto para mi hijo, para su bienestar físico y psicológico, como para los míos lo mejor sería intentar parirlo yo, con amor, con dureza, con mi fuerza y mi cuerpo. Dejando que la naturaleza hiciera su trabajo ( siempre que estuviéramos en salud, como bien nos explican allí).

Ahí empezó el verdadero trabajo de preparación al parto, y gracias a Cristina y a Sara, además de la gente que colabora con ellas, conseguí preparar mi mente y mi cuerpo para el momento en el que vendría al mundo Javier.

Nunca tuve claro si podría conseguir mi nuevo plan de parto, el que envíe al hospital de Torrejón unas semanas antes de dar a luz, hasta que llegó el momento.

Después de 18 horas nació Javier, sin epidural, sin puntos, sin episiotomía, sin maltrato alguno. Con la ayuda de las matronas del hospital de Torrejón que son maravillosas, cariñosas, buenas profesionales, valientes y dedicadas a sus parturientas en cuerpo y alma. Tuvimos que llamar al ginecólogo porque yo estaba exhausta y aunque Javi estaba casi fuera no conseguía hacerle salir del todo. Me preguntó si me parecía bien usar la ventosa, todo con un respeto y una educación increíble. Así lo hicimos y en segundos salió mi campeón. Nada en el mundo puede describir ese momento de felicidad, ternura, libertad, empoderamiento , tranquilidad, sólo se puede vivir para saber lo que es. Me lo pusieron al pecho, fue el momento más bonito de mi vida, mi hijo había conseguido nacer con mi ayuda, el milagro de la vida.

Todo esto con la AYUDA de mi marido, Fernando, sin él no hubiera sido igual porque me hizo cada momento mucho más fácil , estuvo las 18 horas sin separarse de mí.  Acompañándome a la ducha, a la pelota ( genial todo lo que aprendí en las clases de Sara), a la colchoneta, a la cama, otra vez a la pelota, la silla…. Las respiraciones. No demostró cansancio ni un momento, ni preocupación, ni una queja. Todo el tiempo ayudándome, con su cariño, con sus palabras, con su amor y con su propio cuerpo que sufría las contracciones a través del mio y de la fuerza que yo hacia. El también hizo que Javier llegara con la fuerza y vitalidad que lo hizo.

7 meses después escribo todo esto, porque quiero agradecer a Cristina su profesionalidad, su cariño y dedicación a las embarazadas que vamos, en especial a mi. El día de nochebuena me puse mala y a las 23:30 de la noche le abrió la puerta de su casa a mi marido para darle borraja ¡porque me hacia falta! Con eso lo digo todo es todo corazón.

Gracias a ella se produjo ese cambio en mí por el que decidí que quería ayudar yo a nacer a mi hijo, darle todo de mi desde el mes uno de embarazo y para siempre. Quise que me respetaran en el hospital y busqué el que considero es el mejor en parto respetado en Madrid.  Quise que se respetara a mi hijo para que naciera cuando él lo decidiese, no en una cesárea o un parto provocado porque le viniera bien a un ginecólogo. Quise vivir nuestro momento, es la mejor decisión que he tomado nunca. Gracias a MÁS NATURAL porque Sara y Cristina me ayudaron a ello, me abrieron los ojos a un forma de vivir el embarazo y el parto que desconocía y que me ha traído la mejor experiencia de mi vida (tan sencillo como dejar que la naturaleza siga su curso). Simplemente hay que confiar en nosotras, en el gran poder que tenemos para parir y para criar, en nuestra intuición y en nuestro corazón.

Isabel Marina Matesanz

Porque si se QUIERE SE PUEDE.