La polémica sobre si dejar llorar a los niños, sí o no

Cuando llega una bebé a la vida de unos padres hay muchas preguntas pero una de las que más preocupa es la del llanto y qué hacer con él. Durante el día con el tema de la comida casi todos acuden y responden a ese llanto y se les da de comer. El problema viene cuando hablamos del sueño. Ahí hay una gran división en las informaciones. De un lado está la que señala que dejar a llorar a los bebés es la mejor manera de enseñarles a dormir y la contraria que dice que hacer esto trae consecuencias a nivel neuronal y a la largo plazo.

Ayer La Vanguardia publicaba un artículo que dejaba ver la opinión de expertos que defienden la primera postura, es decir, dejar llorar a los bebés. Os ponemos un fragmento y después os enlazamos la noticia.

Calmar el lloro de un bebé es una de las cosas que más preocupa a los padres, especialmente si son primerizos. A menudo es la acumulación de experiencia la que ayuda a discernir el motivo por el que el pequeño llora (hambre, sueño, necesita cambio de pañal…) y a identificar si el llanto es realmente un reclamo de atención sin más. Pero en muchas ocasiones surge la duda o el miedo de si hay que dejarlo llorar por si un llanto prolongado puede suponer un problema para el niño. No existen estudios que certifiquen que un llanto continuado pueda suponer algún riesgo para el bebé, a pesar de que especialistas en medicina psicosomática aseguran que una situación así desencadena un aumento de estrés que podría derivar en problemas neurológicos. Los pediatras recuerdan que no hay evidencia científica para hacer estas afirmaciones y señalan que no existe una regla de oro para saber cuánto rato podemos dejar llorar a un niño pequeño o cuál el momento en el que debemos atender su llanto, aunque sí que marcan unos límites máximos y unas pautas básicas a seguir en las que el sentido común es fundamental.

Especialistas en medicina psicosomática de la Universidad de Munich señalan que dejar llorar a los bebés podría afectar a su desarrollo cerebral. Pero todos los pediatras consultados por LaVanguardia aseguran que esta contundente afirmación no se respalda en ningún estudio científico. “Dejar llorar a un niño no tiene ninguna consecuencia sobre el sistema nervioso central”, afirma categóricamente Francisco Javier López Pisón, presidente de la Sociedad Española de Neurología Pediátrica, que también asegura que no existen estudios científicos que certifiquen que un lloro excesivo puede provocar estrés en los pequeños. Por ello, para López Pisón podemos dejar llorar a los niños sin temer daños en el sistema nervioso o en el aprendizaje.

El pediatra Carlos González, en cambio, considera que el llanto del bebé no genera estrés sino que el niño “llora porque está estresado”. González apunta que no se puede elucubrar sobre qué pasa si dejamos a un niño llorar por un periodo largo de tiempo, pero asegura que si no acudimos a su llanto se siente desatendido. Por ello, el pediatra reivindica que “siempre” hay que hacer caso a un niño que llora, igual que lo haríamos con los adultos aunque señala que “atender no significa darle lo que desea”. Sigue leyendo aquí

Y, horas después, la doctora en biología María Berrozpe, autora del debate sobre el sueño infantil, publicaba lo siguiente:

 

Sí, es malo.
Y no necesito ser el presidente de la sociedad española de neurología pediátrica para saberlo, afortunadamente. Basta con mi doctorado en biología y unos cuantos años revisando la literatura científica sobre el sueño infantil.
De hecho, ni eso hace falta. Basta con haber sido madre y haber oído llorar a mis hijos reclamando mi presencia.
Sí, creo que con eso basta. O debería bastar.
Desgraciadamente para muchas madres y muchos padres, eso no basta. Ellos ya han sido “Estivilizados”, y con mucho éxito, por todos esos profesionales que se emperran en seguir subordinando la ciencia a los caducos determinantes culturales de nuestra (muy enferma) sociedad. Profesionales que, en equipo con periodistas manipuladores y sin escrúpulos, divulgan un mensaje envenenado de ignorancia, altanería, manipulaciones y mentiras.
Porque dejar llorar a nuestros hijos sí es malo. Muy malo. Es malo para ellos y es malo para toda la sociedad; para la humanidad entera. Porque cada vez que un niño llora ante la pasividad guiada por protocolos absurdos de un adulto, no es que se muera un hada, es que nos morimos todos un poquito. Lo dice la ciencia y lo dice el corazón. Lo dice el instinto y el deseo. Lo grita cada célula de nuestro cuerpo. Y si nos liberamos de esa absurda programación que unos cuantos se obstinan por mantener, veréis como no nos cabrá ninguna duda de que ese llanto debe ser consolado inmediatamente. Ni uno, ni dos, ni diez, ni veinte minutos más tarde.
Y por favor, no dejes que nadie te convenza de lo contrario. Aunque sea un “mundialmente famoso” pediatra o presida una sociedad de neurología pediátrica. A la vista está que todo eso no es garantía de estar bien informado y actualizado.
Y si necesitas argumentos científicos, sobran. Aquí te dejo este vídeo de la conferencia de uno de los grandes: Jaak Panksepp. Si quieres seguir leyendo, pincha aquí
Así que, de nuevo, la polémica está servida