¿Qué pasa si he tomado pastillas, bebido alcohol y fumado sin saber que estaba embarazada?

El embarazo se desarrolla sin contar apenas con nuestra intervención. Aún así, de la madre depende tomar las medidas necesarias para prevenir ciertas alteraciones en el desarrollo del futuro bebé. Te contamos cuáles son y cómo actuar si sospechamos un riesgo. Información de Ser Padres.

¿Qué hacer si hemos incurrido en una conducta de riesgo? No todas las conductas afectan al feto de la misma manera, ni en todos los casos. Algunas sustancias suponen un riesgo casi siempre, otras rara vez, y en otros casos dependerá de la cantidad, de la frecuencia, del momento del embarazo, de la susceptibilidad genética de la futura madre...

  • La primera medida es no alarmarse y consultar al doctor.
  • Para valorar los posibles riesgos de una conducta determinada existe un servicio gratuito, el Teléfono de la Embarazada, habilitado por el Centro de Investigación sobre Anomalías Congénitas del Instituto de Salud Carlos III. Todos los días, de 9 a 15 horas, un equipo de especialistas atiende todas las dudas acerca de los riesgos que tiene una determinada actuación.
  • Durante la entrevista telefónica, cuya información se trata confidencialmente, se valora la posible concurrencia de más de un factor de riesgo (estilo de vida, situación laboral), y se orienta sobre las medidas que hay que tomar: dónde ir, qué hacer, qué pruebas solicitar…
  • Además, se puede pedir la documentación disponible.

Teléfono de la Embarazada (SITE), servicio gratuito de información: 918 222 436

Cosas que hay evitar durante el embarazo

1. Determinados alimentos

Carne cruda de cerdo para no contraer la toxoplasmosis. Esta enfermedad, causada por un parásito, se manifiesta como una gripe ligera en la madre pero puede causar graves malformaciones en el feto. El parásito se destruye al cocinar los alimentos. También se mata congelando las carnes durante varios días a -22º C.

Pescado crudo (sushi, boquerones en vinagre, marisco crudo) y ahumado, por el riesgo de contraer la bacteria listeria o el parásito anisakis. Es recomendable tomar el pescado bien hecho. Congelándolo al menos durante 24 horas a -20º destruimos el anisakis.

Pez espada y salmón, que pueden acumular altos niveles de mercurio, un metal pesado que también afecta al desarrollo neurológico del feto. Podemos ingerir estos pescados muy de vez en cuando; lo mejor sería consumir pescado de piscifactoría.

Hay que extremar la higiene de las frutas y verduras que se toman crudas, y evitar la leche sin pasteurizar y sus derivados.

2. El tabaco

Fumar puede ser origen de graves complicaciones en el desarrollo del embarazo como: placenta previa o abortos espontáneos;  problemas para el feto, como malformaciones congénitas o bajo peso al nacer; algunos estudios apuntan que ese peligro continúa después de nacer: los bebés de madres fumadoras (activas o pasivas) parecen tener más riesgo de sufrir muerte súbita o enfermedades como cáncer o asma.

Las fumadoras pasivas corren casi los mismos riesgos que las activas, por lo que deben evitar a toda costa los ambientes con humo de tabaco (incluida la propia casa). Lo mejor para las mujeres fumadoras es dejarlo antes de buscar un embarazo.

3. Medicamentos no prescritos

Se pueden tomar medicamentos durante el embarazo, pero deberán estar prescritos y evaluados por el médico. Hay que tener cuidado desde que planificamos quedarnos embarazadas, porque cuando descubramos que estamos embarazadas ya llevaremos al menos dos semanas de gestación. También debemos evitar la automedicación, incluso de los remedios aparentemente más inocuos. En caso de fiebre (si se mantiene varias horas supone un riesgo para la seguridad del bebé) debemos tomar paracetamol y dirigirnos a nuestro médico cuanto antes.

4. Drogas

Todas las drogas, duras y blandas, pueden alterar el desarrollo del futuro bebé. Si se toman con otras sustancias, como alcohol, los peligros se multiplican. Si la mujer las consumía antes de quedar en estado pero ya no lo hace, no tiene por qué preocuparse: las drogas afectan al bebé cuando atraviesan la placenta. Es importante que se asegure de no sufrir carencias nutricionales o infecciones, situaciones que a veces acompañan al consumo prolongado de estas sustancias.

5. Alcohol

El alcohol puede afectar muy negativamente al embarazo durante los 9 meses: las primeras semanas puede dar lugar a abortos y graves malformaciones; luego a distintos tipos de malformaciones y retraso mental;  a largo plazo, puede causar problemas de aprendizaje y de comportamiento.

El tipo de problema y la gravedad dependerá de la cantidad de alcohol y de la susceptibilidad genética de la mujer. ¿Ocurre algo por tomar una copita de vino de vez en cuando? No se ha demostrado que exista una cantidad segura de alcohol durante el embarazo, así que lo mejor es no beber nada. Las cervezas «sin alcohol» suelen llevar un 1%, por lo que deberán tomarse con mucha moderación. Antes de hacerlo conviene leer bien la etiqueta.

6. Sustancias tóxicas en el trabajo

Hemos de revisar nuestro lugar de trabajo y los productos que tocamos o respiramos habitualmente, para descartar el contacto con sustancias peligrosas o tomar medidas preventivas. Los disolventes orgánicos pueden producir alteraciones en el desarrollo del feto, si la madre se exponga a altas concentraciones. Estos disolventes pueden absorberse por inhalación, por vía oral y a través de la piel, pero si se toman medidas (guantes para manipularlas, ventilación de los ambientes, mascarillas en casos extremos) no tienen por qué afectar a la salud de la madre ni al futuro bebé.

Es necesario tomar…

7. Yodo

Es clave para la correcta formación de los órganos del feto y la maduración de su cerebro. El  yodo se consigue a través de la alimentación y el agua, pero nuestra dieta puede ser pobre en este mineral, por lo que se recomienda tomar suplementos desde el principio del embarazo hasta el final de la lactancia. Su deficiencia aumenta el riesgo de retraso mental o de hipotiroidismo.

8. Ácido fólico

El  ácido fólico o vitamina B9 es imprescindible para la correcta formación del sistema nervioso del embrión y, en concreto, para prevenir la espina bífida. Se encuentra en las verduras de hoja verde, ciertas frutas y en cereales integrales, pero para prevenir defectos congénitos hace falta más cantidad de la que proporciona la dieta, incluso con una alimentación sana. Por ello se aconseja tomar un suplemento desde que una mujer decide buscar un embarazo hasta la semana 14ª de gestación, aunque no hay problema en seguir tomándolo hasta el final, si lo recomienda el médico.

Tengamos cuidado con…

9. Los productos de belleza

Cremas de la cara. Durante el embarazo pueden utilizarse casi todas, excepto las que tienen ácido retinoico (no confundir con el retinol).

 Anticelulíticas. Es mejor dejarlas para después del embarazo, dado que no se conocen los efectos de algunos tratamientos; podemos combatir la posible aparición de la celulitis con paseos, tan beneficiosos en este periodo.

Cremas decolorantes. Debemos evitarlas en zonas amplias o en la tripa, aunque las podemos utilizar sin problemas en zonas pequeñas, como el labio superior. En realidad no está demostrado que estas cremas sean perjudiciales, y se trata de una medida de precaución.

El pelo. Existe controversia sobre lo adecuado o no de teñirse el pelo, permanentarlo o alisarlo durante el embarazo. En general no hay problema si ya se ha hecho anteriormente, siempre que se usen los mismos productos. Sin embargo, si una mujer nunca se ha teñido o alisado el pelo, la gestación no es el mejor momento para hacerlo por primera vez, por el peligro a que se manifieste una alergia a cualquiera de los productos que se utilizan.

10. Algunos animales domésticos

Es necesario extremar la higiene en el trato con cualquier mascota por la posibilidad de contraer infecciones que podrían perjudicar al feto. Hay que tener un cuidado especial con los gatos ya que, si están infectados, pueden transmitir la toxoplasmosis.

El parásito que origina esta enfermedad no se transmite por el aire ni por contacto: hay que introducirlo en el cuerpo a través de los alimentos. Se encuentra en los excrementos de gatos infestados y la mujer deberá lavarse bien las manos después de tocar a los gatos, especialmente si va a cocinar. La  futura mamá no debe limpiar nunca la caja de estos animales. Si maneja tierra, debe usar guantes y luego lavarse bien las manos.

Si tenemos un gato, es posible saber si tiene la enfermedad a través de un análisis de sangre. Es más fácil encontrar la enfermedad entre los gatos de campo que entre los de ciudad: si estos últimos se alimentan exclusivamente de piensos y nunca han comido carne de otros animales, no la habrán contraído, ya que los gatos se contagian al ingerir carne cruda de animales infectados.

11. Las obras en casa

Las pinturas y disolventes son productos potencialmente dañinos para el feto. Si la madre se intoxica con los disolventes (por contacto o inhalación de dosis altas, principalmente), está corriendo el riesgo de un aborto, alteraciones o malformaciones del sistema nervioso central o retraso mental del futuro bebé.

Las pinturas son más o menos tóxicas en función de si sus pigmentos son orgánicos o no lo son (como el plomo). También son tóxicos los disolventes y barnices.

Si no queda más remedio que hacer las obras, se deberán ventilar muy bien los espacios (la mujer no entrará en ellos hasta el final) y, si es ella quien debe entrar en contacto con estos productos, se protegerá con guantes y mascarillas especiales para productos químicos.

12. Las radiaciones

Hay muchos tipos de radiaciones.

Las de los móviles, los microondas, los infrarrojos, las líneas eléctricas y la luz ultravioleta son radiaciones de baja frecuencia (no ionizante). No se ha podido confirmar científicamente que exista un riesgo para el desarrollo del embrión.
Sí se ha confirmado, en cambio, el riesgo que supone la exposición a las ondas de muy alta frecuencia (ionizantes), es decir, los rayos X y la radiación nuclear.

Las radiografías solo suponen un riesgo en dosis altas, por lo que si una mujer embarazada o que está buscando un hijo tiene que hacerse una radiografía, debe informar al médico de su estado, para que utilice las menores dosis de radiación posible. Además, el especialista protegerá la zona abdominal poniéndole un delantal de plomo.

Vivir cerca de una central nuclear no es peligroso en principio, solo lo es si hay un escape.

 

Asesora: Dra. María Luisa Martínez-Frías, directora del Centro de Investigación sobre Anomalías Congénitas (CIAC), del Instituto Carlos III de Madrid.