Los ginecólogos dijeron: no hay más remedio que programar cesárea. Ella investigó y su hijo nació por parto natural sin medicalizar

Hoy tenemos el placer de contar en nuestro blog con la experiencia de otra mami que nos ha enviado su parto. No tenemos palabras para expresar cómo ha podido creer de manera tan firme en sí misma. Tanto que, lo que parecía que iba a ser irremediablemente una cesárea programada porque el bebé venía de nalgas, se convirtió en un parto natural, sin necesidad de epidural ni, muchísimo menos oxitocina.

Creemos que os va a encantar…

 

Muchísimo antes de ni siquiera saber que sería madre, me llamaba la atención siempre lo deshumanizados que estaban los partos, no sólo a nivel hospitalario, sino también a nivel de los propios padres… me parecían “raras” todas las historias que me contaban mis amigas de sus partos, con tanto miedo a vivirlo, con tanto miedo del momento, con tanto miedo al dolor… y decidí que, si me quedaba embarazada, mi hijo y yo decidiríamos cómo hacerlo. Y así fue. Leo nació cuando él quiso, tranquilo, feliz, con esa mirada sosegada, sabiéndose a salvo… sensaciones que ha seguido manteniendo hasta ahora.

Me quedé embarazada y los primeros meses, la verdad, no hice mucho caso a nada. Me encontraba de maravilla y tampoco me planteé  muchas más cosas.

A partir del segundo trimestre empecé a leer, empecé a planificar cómo quería que fuera todo… y leyendo, y leyendo, vi que podía hacer MI PROPIO PLAN DE PARTO!!! Jamás, NADIE, me había hablado de que se pudiera hacer un plan de parto… Qué entusiasmo!! Pero qué chasco al ver las preguntas, al ver lo que tenías que planificar!!! Me parecía todo tan claro, tan ABC.. no podría comprender que “eso” tuviera ni siquiera que mencionarse: “ Quiero saber en cada momento lo que me ponen”: Obvio, ¿no? Quiero saber qué técnicas van a utilizar, cómo va el parto, si le pasa algo al bebé… quiero estar INFORMADA… ALUCINÉ: ¿Pero eso hay que ponerlo por escrito? Ahí fue cuando me di cuenta de que la cosa del parto estaba más chunga de que lo que yo creía.

Así que fui a mi ginecólogo, y le pregunté (yo iba por privado) que en qué hospital me iba a mandar a dar a luz, ya que quería investigar el índice de cesáreas, episiotomías, quería ver sus protocolos, si continúan rasurando si permiten comer o beber, si permiten moverte, decidir cómo vas a tener a tu bebé.. etc, en fin, lo normal. Se me quedó mirando como si fuera un ser de otro planeta y me dijo que ni idea, que ya verían  los médicos lo que tendrían que hacer y que yo no tenía ni que meterme ni que preocuparme.

Mi marido y yo nos miramos, y allí empezó nuestro periplo buscando hospital.

Visitamos Montepríncipe, Nuevo Belén, todos los Quirón, en fin, todos los privados que entraban por nuestro seguro… y en ninguno encontrábamos las respuestas, en ningún sitio eran claros, ni veíamos un protocolo de actuación que se acercara a nuestros deseos. Pedíamos estadísticas de cesáreas, episiotomías, etc, y no nos las querían dar. Gracias a El Parto es nuestro, a sus blogs y a sus reuniones, pudimos recopilar bastante información al respecto sobre este asunto, al igual que cada vez leíamos más acerca de cómo influye el parto en la evolución del bebé, en su carácter, en el agarre para la lactancia, en su tranquilidad… y como escuchaba casos de partos muy intervenidos médicamente y con violencia por parte de los profesionales… violencia no me refiero exclusivamente al hecho de agredir, de ejercer una fuerza física sobre otro, si no , al hecho de respetar poco o nada a la madre y al bebé, de no tenerlos informados, de asustarlos, de intimidarlos , de casi forzarlos a acelerar un parto que no va mal, a poner una epidural porque “eres tonta, no lo vas a poder aguantar” y a muchas perlas similares que creo que es importante considerar.

Michel Odent, pediatra al que admiro mucho, dice: “La verdadera violencia empieza desde el nacimiento”

¿Realmente es tan complicado parir a tu ritmo?… ¿Realmente es tan complicado dejar al cuerpo actuar?… ¿Realmente los profesionales tienen tantas ganas de irse a sus casas, de acabar sus turnos, que son capaces de acelerar, complicar un parto, angustiar a LA MADRE?… ¿Por qué hay tantísima cesárea?…

Parecía que para dar a luz de una manera bonita y relajada, la única opción es en tu propia casa, o bien disponer de un buen fajo de billetes para poder irte a la clínica nuevo belén (pero a la parte “chula”, donde hay que pagar) o a la clínica Acuario de Valencia… parece que parir naturalmente, sin violencia, estando informados de lo que pasa, ha llegado a ser un lujo, una excentricidad, o una cosa de hippies…

Pues bien, me negaba a admitirlo. No lo quería así, mi bebé tiene que nacer de otra manera, tenían que existir otras alternativas…

EGIPTO 3Yo había oído y leído mucho acerca de un doctor, gran defensor de reducir las cesáreas, así que nos fuimos a verle. Nos atendió una de las doctoras de su equipo. Cuando me hizo la ecografía me dio la “gran noticia”: el bebé venía de nalgas.. sin preguntar ni nada, me dijo que imposible dar a luz de manera natural. Con lo estrechita que yo era!! Y el bebé ya era muy grande!! Imposible, imposible, me metió todo el miedo que puedo y, sin preguntar, me programó la cesárea para el 31 de marzo.

Claro, me metió todo el miedo que pudo para que no rechistara de la cesárea, ya que , en realidad, el miedo lo tienen ellos. Hace unos años, tras un estudio exageradamente alarmante acerca de los riesgos de los partos naturales con bebés que vienen de nalgas, se ACTIVÓ un protocolo de actuación en el que bebé de nalgas que venía, cesárea al canto, por lo que los nuevos profesionales dejaron radicalmente de atender partos de nalgas.. conclusión, que no tienen ni idea, se mueren de miedo y, para curarse en salud, trasladan ese miedo a la madre y le programan la cesárea.

Pues no me daba la gana.

Mi opción era: Dejad que mi bebé nazca cuando quiera, dejadlo tranquilo, dejadme tranquila a mí.., y, en el momento del parto, si empieza a ponerse la cosa complicada, ¡por Dios! Hacedme lo que me tengáis que hacer! ¡Por supuestísimo! Incluso hay bebés que vienen de nalgas y, en el momento de dar a luz, con las mismas contracciones, se dan ellos solos la vuelta… Pero no había manera..

partoensilbato-ecuador Mientras tanto, empecé a hacerme la moxibustión.. explico breve. Es una técnica que tocas puntos de acupuntura pero con calor, no pinchando. A través de un puro de hierba, la moxa, te estimulas, por la mañana y por la noche, los dedos meñiques de ambos pies, esperando que , por el estímulo del calor, el bebé se de la vuelta. Lo cierto es que se movía bastante, pero el gamberrete no se daba la vuelta… Su papá y yo le hablábamos, le decíamos que cuando quisiera, sin presiones se fuera dando la vuelta despacito, tranquilo, pero que si no se la quería dar que no se preocupara, que sus motivos tendría, y a nosotros nos parecía bien… empezamos una comunicación muy especial con nuestro bebé… estábamos firmemente convencidos de que todo es por algo, no hay que forzar, sino dejar al tiempo hacer..

Como veían que no transigía con la cesárea, me vio finalmente el Doctor espinosa en Quirón y me propuso algo: Hacerme la Versión Cefálica externa… eso consiste en darle la vuelta al bebé de manera externa ,mediante un masaje en la barriga. El problema era que, al hacerlo en Quirón, no me lo cubría mi seguro , por lo que tenía que pagar 1700 euros por hacérmelo o bien, como me propuso el doctor, una vez hecha la Versión Externa, provocarme el parto con oxitocina…. Y poder meterlo todo como un parto, por lo que no tendría que pagar nada.. de acuerdo, me sale gratis, pero provocamos el parto, de nuevo en las mismas.. si el bebé está bien, yo estoy bien. ¿POR QUÉ?

Y con estas ya estábamos en la semana 37, con un bebé bien grandote, yo gorda como un ceporro. Yo ya llevaba unas semanas asistiendo al descubrimiento para mí ESENCIAL de los módulos de Más Natural, de Cristina… sentía que había encontrado un lugar donde realmente se hablaba de lo que a mí me interesaba: PORTEO, PARTO NATURAL, CONFIANZA EN TI MISMA, HABLAR CLARAMENTE DE LOS PROS Y CONTRAS DE EPIDURALES, CESÁREAS, OXITOCINAS… un sitio donde se es claro con todo, sin querer convencerte de nada. Un lugar donde se te da la INFORMACIÓN y CONFIANZA suficientes como para que tú misma, TÚ MISMA, puedas decidir… Cada vez estaba más convencida de que no estaba haciendo ninguna locura, de que iba por el camino correcto, de que mi intuición no me fallaba (recuerdo la maravillosa explicación de Cristina sobre la intuición…. )  qué maravillosas conversaciones con Cristina…

Bueno, total, que ¡ya estaba en la semana 39!

Y de pronto, me fui al hospital de Torrejón… hablé con las ginecólogas, unas chicas estupendas, jóvenes, con ideas de cambio, con ideas humanizadas… me miraron con una ecografía y me dijeron que aún tenía líquido amniótico suficiente, que intentáramos la versión Externa.. gratis, por supuesto..

Así fue. Quedamos unos días más tarde y yo me plantaba en la semana 40 en un par de días.. Mi bebé, se dio la vuelta enseguida, duele un poco, es cierto.. pero es alucinante como, de pronto, te cambia el tipo de parto que vas a tener..

A la semana siguiente me puse de parto… tranquilamente me di un par de baños, desayuné, llamamos a Cristina (Siempre ahí… con nosotras…), rompí aguas… en fin… que dejé pasar todas las horas posibles.. estaba muy tranquila, con mi chico en el sofá, hasta que sentí que era la hora de irnos….. un “par” de horas tras romper la bolsa.

Llegué con 9 cm dilatados… me pasaron a una habitación la matrona y la ayudante. Tranquilas, cariñosas, respetuosas, delicadas… me dijeron cómo quería ponerme: EN LA CAMILLA, COLGADA DE UNAS CUERDAS ( ROLLO AEROYOGA) EN LA BAÑERA.. O EN UN TABURETITO que fue lo que más me llamó la atención y donde finalmente vino al mundo mi pequeño.

Yo, tranquila, sentada en la silla, mi marido en otra más alta para que yo pudiera recostarme en él, las dos matronas sentadas en el suelo al estilo indio, diciéndome lo bien que lo hacía y dándome la mano. Pude sentir cómo mi hijo se iba colocando, pude respirar (chicas, recordad las respiraciones con las que Cristina siempre “machaca”, es fundamental), pude permitir a mi cuerpo que se recuperara tras cada contracción… y, si, claro que duele, duele mogollón, pero la relajación tras la contracción es alucinante, y sentirlo TODO es… no sé, aún hoy no lo puedo describir…

Cuando ya crees que no puedes más, un alivio espectacular siente tu cuerpo cuando, de pronto, tienes a un ser en tu pecho colocado, es un segundo rápido que ni te das cuenta, pero la sensación de alucine es… no sé, sigo sin poder describirla…

Leo nació tranquilo, preparado, con sus instintos alerta.. fue muy gracioso porque se puso como loco a oler como un perrillo y a escalar mi cuerpo buscando el pecho.. fue lo más alucinante que he visto en mi vida… tuvo un agarre espontáneo y, por primera vez, me miró con sus ojitos preciosos de extraterrestre….

Hasta hoy, que es un niño tranquilo, bueno y confiado… Yo estoy segura de que la manera de nacer influye en la personalidad, carácter y desarrollo del niño, al igual que creo que en la crianza con apego, en el porteo, en el colecho… Pero esa es la manera como yo concibo las relaciones afectivas, especialmente con los hijos, y no es el momento de describirlas. Con esto, tampoco pretendo convencer a nadie de que tenga ni de que busque este tipo de parto… lo que me motiva a escribir este post es que tengáis la información completa, que os escuchéis, que decidáis vosotras, sabiendo pros y contras, cómo queréis parir…

Pero si dudáis, estáis indecisas, queréis hacerlo de manera natural pero os meten miedo, los demás o vosotras mismas… tenéis miedo al dolor… no seáis tontas.. vivid esta experiencia maravillosa, cada vez que la recuerdas se te encoje el corazón, no os la perdáis… si todo va bien…

Y si hay algún problemilla, estad tranquilas!! Que gracias a Dios que tenemos las cesáreas, oxitocinas, epidurales, etc, para que nos ayuden a tener a nuestros pitufos entre los brazos y que nos iluminen los días.

Un beso a todas.. y gracias Cristina, por hacer que confiara en mi.

Ana Gallego

Comentarios

  1. Qué emoción, qué lagrimones al leer tu experiencia. Con qué naturalidad y tranquilidad cuentas las cosas… Ojalá hubiese tenido la valentía de escuchar a mi cuerpo y esperar y no precipitarme a una cesárea programada por posición podálica. Eres una campeona. Me alegro mucho por ti.